ELIMINAMOS EL MITO DEL COLESTEROL Y DEL HUEVO

Durante décadas se había considerado que la ingesta de huevos, debido a su contenido de colesterol en la yema, incrementaba el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Esta creencia hizo que durante muchos años se recomendara reducir el consumo de este alimento tan nutritivo, en particular en pacientes con niveles elevados de colesterol.

Entonces, la ingesta de huevos, ¿es o no perjudicial para la salud cardiovascular?

En primer lugar, conviene resaltar que el colesterol tiene un papel importante en el organismo. Además, es precursor de las sales biliares, que ayudan a que el cuerpo descomponga las grasas, así como de las hormonas corticosteroides, que regulan funciones cardiovasculares, metabólicas, inmunológicas, y homeostáticas, y es impulsor de la vitamina D.

En segundo lugar, es cierto que la yema de huevo es rica en colesterol. Pero, a diferencia de otros alimentos que también lo son, el huevo tiene un contenido relativamente bajo en calorías y grasas saturadas, aspectos que sí influyen en los niveles de lípidos en la sangre.

Con estas bases se han venido realizando permanentemente estudios clínicos con el objetivo de establecer la posible relación, si es que se establece, entre la ingesta de huevos y la incidencia de enfermedades cardiovasculares. Hoy disponemos de numerosas evidencias científicas que indican que el colesterol que procede del huevo es menos relevante para aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, que las dietas ricas en grasas saturadas.

Es más, estas investigaciones sugieren que la incorporación del huevo a la dieta podría aportar beneficios adicionales, promoviendo un perfil lipídico con menor riesgo para que las arterias se obstruyan.

Además, el huevo contiene antioxidantes (luteína, zeaxantina, Vitamina E), folatos, otras vitaminas del grupo B y grasas insaturadas, todos ellos factores con efecto positivo desde el punto de vista del riesgo cardiovascular.

Por tanto, a pesar de la gran inercia en las recomendaciones de restricción del consumo de huevos, que se ha mantenido durante décadas, la comunidad científica acepta de forma unánime que la ingesta de huevos, hasta uno al día, dentro de una dieta equilibrada, y con unos hábitos de vida saludables, no modifica el riesgo para padecer enfermedad cardiovascular.

Restringir de forma generalizada el consumo de huevos puede privar innecesariamente a las personas de otros muchos beneficios de uno de los alimentos más completos que existen.

Como dice el científico I. Gray, ya es hora de que disipemos el mito que rodea la relación entre el huevo y las enfermedades cardiovasculares, y le devolvamos al lugar que le corresponde en nuestra alimentación, donde puede hacer una valiosa contribución a una dieta sana y equilibrada.

No obstante, si se padece algún problema cardiaco o factores de riesgo coronario, como colesterol elevado o diabetes, debe ser un médico quien estudie el caso concreto y valore el tratamiento y/o la dieta que considere oportuno. Aun así, podemos afirmar que, en principio, la presencia de enfermedad coronaria o de factores de riesgo coronario, no deben determinar la supresión de los huevos en una dieta equilibrada.