La obesidad es un importante problema de salud pública, que se produce por una acumulación excesiva de grasa corporal, y que se asocia a un mayor riesgo de padecer enfermedades como diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares y ciertos cánceres, entre otras. El exceso de peso también afecta negativamente a la calidad de vida de las personas, dificultando las actividades de la vida diaria que requieren de cierta movilidad, la calidad del sueño, el descanso y las relaciones sociales.
El mejor tratamiento es la prevención y el mantenimiento de un peso saludable, siguiendo un estilo de vida lo más activo posible, así como una dieta variada, equilibrada, ajustada a las necesidades energéticas de cada persona y que aporte todos los nutrientes necesarios. En este contexto, el huevo es un alimento muy interesante desde el punto de vista nutricional.
En primer lugar, los huevos tienen un bajo contenido calórico. Este es un aspecto muy importante a tener en cuenta cuando hay que seleccionar alimentos que nos ayuden a controlar el peso. Dos huevos de tamaño medio contienen 141 kcal, lo que supone tan solo un 7% de una dieta media de unas 2.000 kcal. Y son un concentrado de nutrientes esenciales biodisponibles imprescindibles para nuestro organismo.
El huevo es una fuente de proteínas de alta calidad, con todos los aminoácidos esenciales y en proporciones adecuadas a nuestras necesidades. Su papel es esencial para la formación y la reparación de los tejidos corporales. Y, además, a igual número de calorías, las proteínas son mucho más saciantes que los hidratos de carbono o las grasas. Por eso son de gran ayuda en las dietas de control de peso.
Los huevos contienen cantidades elevadas de numerosas vitaminas y minerales. Dos huevos medios cubren un elevado porcentaje de las recomendaciones nutricionales (Cantidad diaria recomendada -CDR-) de vitamina B12 (un 84% de la CDR), vitamina A (28%), vitamina D (36%), vitamina B2 (26%), zinc (20%), selenio (18%), hierro (15,7%) y fósforo (30,8%), así como de colina (63%). Por eso es un alimento con una alta densidad nutricional.
Aunque el consumo de huevos ha sido limitado durante muchos años por su contenido en colesterol, numerosas investigaciones han demostrado que su ingesta no se asocia a un mayor riesgo cardiovascular, ya que el colesterol de la dieta tiene un impacto muy bajo en las concentraciones de este compuesto en la sangre. Dejando aparte a los afectados por hipercolesterolemia familiar, son factores como la obesidad, el sedentarismo, el consumo elevado de grasas saturadas y bajo de grasas insaturadas, entre otros, los que más influyen en la elevación de las concentraciones de colesterol en sangre. Por eso, aunque el huevo contiene colesterol, aporta una baja proporción de grasas saturadas con relación a las insaturadas y también nutrientes como la colina, que interviene en el adecuado funcionamiento del hígado y el metabolismo de las grasas, y de la que el huevo es una de las principales fuentes en nuestra dieta.
En relación con el control de peso, debemos tener en cuenta la preparación de los platos que consumimos. En el caso de los huevos, son más saludables los cocidos (en sus diversas formas), escalfados o a la plancha, en lugar de las frituras, que añaden las calorías del aceite.
En definitiva, el huevo es un alimento a tener muy en cuenta en el control de peso corporal por su bajo contenido calórico, por ser unabuena fuente de proteínas de alta calidad, por la gran densidad de nutrientes esenciales que aporta y por su capacidad saciante.
Por la enorme versatilidad de sus preparaciones y la facilidad de conservación y de cocinado, tiene perfecta cabida en una dieta de control de peso variada y saludable, en la que no deben faltar productos frescos y de origen vegetal, como frutas, verduras, cereales de grano entero y legumbres, junto con alimentos proteicos magros.