Si has ido leyendo nuestros post anteriores, sabrás que el huevo es un gran alimento que aporta proteínas de alta calidad que son esenciales para la formación, renovación y mantenimiento de los tejidos en el organismo y para favorecer la salud cognitiva, la de la visión, la salud ósea y la inmunidad.
El huevo aporta también vitaminas y minerales involucrados en el metabolismo energético y proteico, en la defensa ante el estrés oxidativo e inflamación y en el metabolismo celular. Y todo ello, con un bajo aporte calórico, lo que le hace un alimento especialmente recomendable para quienes desean estar bien alimentados sin engordar.
Consumimos huevos casi a diario y forman parte de muchos de nuestros platos favoritos, pero, seguro que muchas veces te has hecho varias preguntas sobre él. Respondemos a algunas de las más frecuentes, para que conozcas un poco más sobre este gran alimento.
¿Son mejores los huevos grandes o los pequeños?
La calidad objetiva del huevo viene determinada por su frescura, no por el color, el tamaño o el sistema de producción. El tamaño de la yema del huevo suele ser estable, por lo que los huevos más pequeños suelen tener mayor proporción de yema que de clara, y la cáscara algo más resistente que los huevos de mayor tamaño.
¿Cómo se clasifican los huevos por peso?
Los huevos de la categoría A (los huevos frescos que llegan a las tiendas) se clasifican por peso como sigue:
Los huevos que no se clasifican por peso para la venta al consumidor deben llevar una indicación: “huevos de distintos tamaños” y el peso neto mínimo.
La selección de los huevos en sus categorías de calidad (A y B) y peso, se realiza en las industrias especialmente autorizadas para ello, que se denominan centros de clasificación (y también de centros de embalaje). Normalmente es un proceso automatizado en modernas máquinas clasificadoras electrónicas. Por ello podemos decir que en las granjas comerciales modernas, nadie toca el huevo hasta que llega a casa del consumidor.
¿Por qué hay huevos de distintos tamaños?
El tamaño de los huevos, su peso y la proporción de la yema, cambian con la edad de las gallinas. Durante su período de puesta, las gallinas pueden poner huevos entre 40 y más de 80 g de peso, pero aproximadamente la mitad son de la clase L (entre 63 y 73 g), que junto a la clase M (53-63 g) suponen casi el 90%. Los huevos de clase S (menos de 53 g) son más frecuentes en los primeros meses de puesta, y no suelen ir a las tiendas, puesto que en el mercado español los consumidores no demandan huevos pequeños. Los XL (más de 73 g) aumentan en la fase final del período de puesta. Como son escasos, su precio es superior. También las gallinas jóvenes pueden poner al inicio de la puesta huevos más grandes de lo normal. Son los huevos de dos yemas, que muchos consumidores aprecian, y se venden en algunos mercados.
La normativa de comercialización de huevos establece las 4 clases de peso mencionadas, aunque también pueden venderse mezclados o sin clasificar, por el peso neto, que debe indicarse en el envase.
¿Por qué no hay huevos pequeños (S) en las tiendas?
Los huevos de tamaño S son por lo general poco apreciados por el consumidor, aunque su calidad comercial sea de categoría A. Por ello, después de seleccionados, normalmente se envían a industrias de elaboración de ovoproductos.