EL PAPEL DEL HUEVO PARA PREVENIR ENFERMEDADES DEGENERATIVAS

El envejecimiento es un proceso normal que afecta a todos los seres vivos. Con el paso del tiempo, se producen una serie de cambios estructurales y fisiológicos que se traducen en una pérdida progresiva de funcionalidad y una mayor vulnerabilidad. Por eso, en esta etapa aumenta la prevalencia de ciertas enfermedades y procesos degenerativos.

Se considera que las personas de tercera edad son un grupo vulnerable desde el punto de vista nutricional, ya que deben seleccionar mejor los alimentos de su dieta para que, ingiriendo menos energía, incorporen la misma o mayor cantidad de nutrientes que cuando eran más jóvenes.

Así, la ingesta de proteínas es muy importante en este colectivo y su deficiencia puede repercutir en la pérdida de masa muscular, alteraciones en la inmunidad y una mala cicatrización de las heridas.

En este sentido, destacamos que la proteína del huevo tiene una elevada calidad nutricional y aporta todos los aminoácidos esenciales en proporciones equilibradas.

El consumo de huevo también puede ser beneficioso para prevenir enfermedades del sistema nervioso, ya que hay estudios que vinculan el consumo de este alimento con un menor riesgo de padecer enfermedades como la demencia, el Alzheimer o el Parkinson; sobre todo, en aquellas personas que no siguen una dieta mediterránea equilibrada y variada.

Esto es debido a que el huevo contiene en su composición varios componentes bioactivos como la luteína, la colina y la zeaxantina, que tienen efectos beneficiosos contra la inflamación, el estrés oxidativo y el declive cognitivo. Por ello, en patrones de dieta menos saludables, el aporte de estos compuestos por parte del huevo se vuelve muy importante para mejorar el estado cognitivo y reducir el riesgo de padecer este tipo de enfermedades.

Además, el huevo aporta otros nutrientes de interés para el buen funcionamiento del sistema nervioso y de la función cognitiva, como la biotina, la niacina, la riboflavina, la vitamina B12 y el zinc y el hierro.

En este contexto, resulta muy conveniente incluir en la dieta alimentos de elevada densidad nutricional como el huevo. De esta manera, dos huevos de tamaño medio proporcionan gran parte de los nutrientes necesarios para una alimentación saludable y solo el 7-8% de la energía diaria que necesitan los adultos sanos de más de 70 años.

En resumen, como cada vez vivimos más años, se vuelve primordial adoptar hábitos de vida saludables, entre ellos nuestra alimentación, que nos ayuden a mantener la mejor calidad de vida posible durante más tiempo. Incluir huevo en nuestra dieta es parte de las rutinas que pueden ayudarnos a alcanzar un envejecimiento saludable. Su alta densidad nutricional y el aporte de componentes que contribuyen a mantener funciones esenciales de nuestro organismo, así como a prevenir patologías asociadas al deterioro cognitivo, hacen del huevo un alimento de gran interés para los mayores.