¡Con las manos en la masa!
¿Sabes que consumimos huevos prácticamente a diario? De manera directa porque los huevos forman parte de muchos de nuestros platos favoritos, y porque además, una gran cantidad de alimentos preparados contienen este alimento.
Pero, ¿Crees que sabes todo sobre el uso de los huevos en la cocina y en la gastronomía?
En este post te contamos algunas curiosidades, para que conozcas un poco más sobre este gran alimento, como cocinarlo, guardarlo y tratarlo.
¿Cómo debemos cocer un huevo? ¿Y cuándo sabemos que un huevo está cocido?
Para obtener un huevo duro correctamente cocido, de manera que sea sólido, pero tierno, sin resultar gomoso y que la cáscara se retire fácilmente, tenemos que poner agua a calentar y cuando esté en el punto de hervor, añadimos los huevos y, una vez vuelva a ese punto (sin llegar a hervir a borbotones) los mantendremos durante 10 minutos. Finalmente, los enfriamos rápidamente.
Para distinguir un huevo crudo de uno cocido con cáscara, simplemente lo hacemos girar a modo de peonza y si lo hace como un sólido y gira con rapidez, está cocido. El huevo crudo se balancea y no mantiene el giro estable.
¿Cuánto dura un huevo cocido?
Dependerá de la conservación (temperatura y condiciones). Un huevo cocido podemos conservarlo en el frigorífico durante una semana siempre que se mantenga con su cáscara. Este tiempo se reduce si el huevo se ha pelado, pues en ese caso la recomendación es comerlo el mismo día.
Te contamos algunos trucos:
¿Por qué los huevos no se deben lavar antes de guardarlos? ¿Y si están sucios?
Está prohibido por la normativa comunitaria lavar o limpiar los huevos frescos destinados al consumo humano. En algunos países, como Estados Unidos, sí se hace, utilizando soluciones limpiadoras. La razón tiene que ver con la posibilidad de que mediante el lavado se elimine la película protectora que recubre la cáscara y se facilite la entrada de microorganismos presentes en ella. En cualquier caso, como antes se indicó, la humedad rompe siempre la estanqueidad del huevo que por tanto se hace permeable a partículas de agua y, con ellas, a posibles agentes microbianos arrastrados. Los huevos sucios se deben desclasificar como huevos frescos (de categoría A) y pasar a B (huevos para elaboración de ovoproductos).
¿Puedo consumir un huevo roto?
No. La seguridad del huevo se relaciona con la integridad física de la cáscara y membranas, esto es, de las estructuras que protegen su contenido de la contaminación. Si la cáscara se rompe el contenido del huevo está expuesto a la contaminación del ambiente y es un caldo de cultivo perfecto para los microorganismos.