EL HUEVO, IMPORTANTE TAMBIÉN POR SUS USOS NO ALIMENTARIOS

¿Sabías que el huevo tiene interés más allá de su uso alimentario? El fraccionamiento de sus proteínas y su cáscara abren la puerta a varias posibilidades, en función de los componentes obtenidos y sus características.

En primer lugar, son conocidos los usos del huevo en cosmética. Entre ellos, destacamos la capacidad de regenerar el cabello dañado, por lo que se emplea como base de mascarillas capilares. Por otro lado, la membrana de la cáscara del huevo se emplea en preparados cosméticos, por su composición rica en colágeno y ácido hialurónico y la lecitina se emplea para la fabricación de liposomas, con aplicaciones en cosmética y farmacia.

En segundo lugar, no debemos olvidarnos de la cáscara de huevo a nivel industrial. Se estima que, cada año, se desechan unos 8 millones de toneladas de cáscara de huevo a nivel mundial. ¿Te imaginas todo lo que se podría hacer con ellas?

Y es que la cáscara de huevo no sólo es un subproducto de las industrias de elaboración de ovoproductos, sino que además pueden ser utilizadas en diferentes campos como la producción de forraje, abono o dentífricos. Se emplea también como corrector de suelos ácidos, por su contenido de carbonato cálcico, y en jardinería, la cáscara de huevo molida se emplea como para eliminar caracoles y babosas.

Además, ofrece características interesantes para su empleo en aplicaciones industriales, por ejemplo, como catalizador respetuoso con el medio ambiente. Se ha utilizado con éxito para la producción de biodiesel, tiene aplicaciones como absorbente de metales pesados, y como soporte para el desarrollo de nanocompuestos para tratar aguas residuales.

En la actualidad, la cáscara del huevo se utiliza principalmente en agricultura para enriquecer los suelos agrícolas y para la elaboración de piensos para animales. 

¿Y qué hay de las proteínas del huevo?

Sabemos que las proteínas del albumen son fuente de péptidos bioactivos con diferentes propiedades. Una de las más estudiadas es la antihipertensiva, que podría dar lugar al desarrollo de tratamientos  novedosos. Las proteínas ovotransferrina y fosvitina tienen propiedades antibacterianas que pueden utilizarse en medicina y la ovomucina ha demostrado tener propiedades antitumorales in vitro, y contra la absorción del colesterol.

La inmunoglobulina del huevo tiene amplia aplicación en inmunología, para el tratamiento de infecciones intestinales, colitis, enfermedad celíaca, fibrosis quística, caries, etc.

Igualmente, las proteínas de la clara son utilizadas en diversos procesos industriales, como en la producción de vino de calidad, donde sirve para controlar las bacterias lácticas (y evitar el picado láctico del vino por exceso de este ácido) sin por ello perjudicar el trabajo de las levaduras. Se puede añadir al mosto de uva, al mosto parcialmente fermentado y al vino para controlar el crecimiento y la actividad de las bacterias responsables de la fermentación maloláctica en esos productos. 

En fin, el huevo es una fuente de numerosos componentes de usos diversos, que se continúan estudiando y desarrollando, por lo que sin duda habrá novedades en los próximos años.