Si has leído nuestros posts anteriores y eres un amante de los huevos como nosotros, sabrás que el huevo es uno de los alimentos más versátiles. Seguro que ya los has probado en todas sus versiones: fritos, pasados por agua, revueltos, en tortilla, al horno, al microondas y, por supuesto, cocidos.
Y sabemos que, como a la mayoría, alguna vez te ha pasado, a la hora de pelar un huevo cocido, la cáscara se queda totalmente pegada al huevo. Y por más empeño y cuidado que pongas, la cáscara no se despega bien y sale con parte de la clara cocida pegada, lo que deja el huevo poco presentable.
¿Sabes por qué ocurre esto? La clave, aunque ahora te contaremos algún truco más, es que los huevos más frescos se pelan peor. Cuando vayas a cocer un huevo, intenta usar aquellos que hayan estado en la nevera durante al menos una semana. No importa si están próximos a la fecha de consumo preferente, ya que al cocerlos eliminamos cualquier riesgo para la seguridad alimentaria.
Por otro lado, tenemos que saber que cocer un huevo no es una tarea complicada, pero sí debemos controlar el tiempo de cocción para que el huevo se cueza correctamente.
Por ello, para obtener un HUEVO DURO CORRECTAMENTE COCIDO, es decir, que quede sólido, pero tierno, sin resultar gomoso y con una cáscara que se retire fácilmente, tendremos que seguir unos sencillos pasos:
De esta manera, conseguiremos unas claras más tiernas, una yema perfectamente cocida y, sobre todo, lograremos que, en el momento de pelarlos, la cáscara se retire con facilidad.
Si, aun así, vas con el tiempo justo y no tienes tiempo para cocer huevos, siempre puedes acudir a los ovoproductos y comprar huevos cocidos en el supermercado. Suelen encontrarse huevos cocidos con cáscara, ya que los huevos cocidos pelados están destinados a la cocina profesional y se venden en grandes formatos.
Los ovoproductos son derivados del huevo para el consumo humano, tras su procesado para eliminar cualquier riesgo sanitario, alargar la vida útil y/o facilitar el manejo del huevo en industrias alimentarias, restauración y usos profesionales y también domésticos. Evitan la manipulación de las cáscaras y adaptan su composición y características funcionales a las necesidades de los usuarios.
Con los huevos ya cocidos evitarás el tiempo de cocinado (y de pelado, en algunos casos) y podrás usarlos para cualquier imprevisto. Los huevos que se presentan cocidos con cáscara suelen mantenerse a temperatura ambiente, ya que llevan un recubrimiento protector sobre la cáscara para aumenta su duración.