¿Te gustó el anterior post sobre los mitos del huevo?
En él, hablábamos sobre el famoso mito del huevo y el colesterol, sobre si el huevo engorda o sobre si era útil en la alimentación de personas enfermas.
Sobre estas cuestiones concluíamos que numerosos estudios han demostrado de forma concluyente que consumir un huevo al día no perjudica el perfil lipídico sanguíneo, ni aumenta el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular, que el huevo no sólo NO engorda sino que puede ayudar en el control de peso debido a su cantidad elevada de nutrientes y a su aporte bajo en calorías, y que SÍ es útil en la alimentación de personas enfermas o inapetentes.
Además, añadíamos que, al proporcionar muchos nutrientes, ayuda a mantener y mejorar la situación nutricional de niños y personas mayores con falta de apetito, o que se resisten a tomar otros alimentos.
Pues bien, hoy vas a saber un poquito más acerca de este gran alimento. Seguro que te has preguntado alguna vez cómo debe cocinarse el huevo, si es mejor el huevo moreno que el blanco o viceversa, si es mejor conservar los huevos en la nevera o a temperatura ambiente o cuales son las supuestas diferencias nutricionales de los huevos según el tipo de producción.
¡Hoy, continuamos poniendo en valor uno de los grandes alimentos de nuestra dieta y desmontando algunos de sus mitos! ¡HOY, HUEVO!
¿Cómo debe cocinarse el huevo?
El huevo es un alimento muy versátil, que puede formar parte de numerosas preparaciones culinarias, tanto dulces como saladas, y que permiten su consumo a cualquier hora del día. La mayor o menor facilidad para digerirlo depende muchas veces de su preparación.
El cocinado del huevo, además de evitar riesgos microbiológicos, aumenta su valor nutricional, facilitando la digestión de las proteínas. Por otro lado, el huevo cocido se digiere mejor que el frito, ya que no tiene grasa en su preparación.
¿Es mejor el huevo moreno que el blanco?
El color del huevo viene determinado por la raza de la gallina que lo ha puesto, y no tiene nada que ver con su calidad, valor nutritivo o sabor.
¿Es mejor conservar los huevos a temperatura ambiente o en la nevera?
Esta es una de las preguntas que más solemos hacernos.
En España, cuando compramos huevos en el supermercado, vemos que se encuentran en estanterías normales, a temperatura ambiente.
Entonces, ¿qué debemos hacer cuando llegamos a casa? ¿Dejarlos a temperatura ambiente, o meterlos en la nevera?
La respuesta es muy fácil: los huevos, cuanto más frescos, mejor. Esto quiere decir, que es necesario conservar la frescura de los huevos durante el mayor tiempo posible, por lo que si los metemos en la nevera conservarán todas sus propiedades y serán menos proclives a ponerse en mal estado.
Recuerda que los huevos, debido a su gran contenido en nutrientes, son una opción nutritiva y saludable para la dieta de las personas en todas las etapas de la vida, incluidos los adolescentes en pleno crecimiento, las mujeres embarazadas y durante la lactancia, los más mayores y los bebés, especialmente en zonas nutricionalmente vulnerables.
¿Hay diferencias nutricionales entre los huevos en función del tipo de producción?
Todas las granjas comerciales de la UE cumplen con las normas del Modelo Europeo de producción de huevos, que se basa en garantizar la seguridad alimentaria, el bienestar y la sanidad de las aves, el respeto al medio ambiente y la sostenibilidad, según las demandas de los ciudadanos comunitarios.
En todas las granjas se producen huevos de calidad, y cada sistema atiende a las preferencias y necesidades de los distintos consumidores. La calidad objetiva de los huevos y su valor nutricional es similar en todos ellos y el precio únicamente varía en función de los costes de producción de los distintos sistemas, que no tiene que ver con la calidad de los huevos.
En definitiva, son igualmente valiosos desde el punto de vista nutricional los huevos de gallinas procedentes de cualquier tipo de sistemas de producción, por lo que no se puede considerar que sea mejor o peor un tipo de huevo respecto a otro.